Los comerciantes siguen pensado que los consumidores únicamente desean calidad, servicio, estilo y surtido. Los consumidores dicen a los detallistas que también desean "una experiencia de compra".
Una experiencia puede orientarse hacia el aumento de la eficiencia o del entretenimiento. Los detallistas que reconozcan la existencia de esa orientación bipolar en el proceso de búsqueda y que diseñen estrategias alrededor de uno o ambos conceptos, estarán tocando los umbrales de nuestros motivos.
Los valores cambiantes determinarán en qué gastan los consumidores su dinero. Las categorías que actualmente son insignificantes, crecerán de manera exponencial.
Por desgracia para los comerciantes no son cosas que uno compra, sino experiencias que se obtienen (viajes, educación, salud y relaciones). En pocas palabras las experiencias son las cosas que más valoran y, por tanto, encontrarán que muchas tiendas son aburridas.
El consumidor valora el buen gusto y el tiempo, pero el comerciante ignora a menudo ambas cosas.
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