Una mejora en la productividad del punto de venta se basara
en analizar donde hay oportunidades de actuar bien para maximizar los ingresos
o bien para suprimir fuentes de pérdidas de tiempo o dinero.
Flexibilidad: personalizar los horarios de apertura en
función de la demanda, flexibilizar las horas fijas de la plantilla, maximizar
la retribución variable, personas capacitadas que puedan ocupar distintos puestos en función de
la demanda.
Formación: la manera más económica de aumentar el
rendimiento de un equipo de personas es la formación. Equipos no competentes
introducirán cadenas de errores en todo el sistema y una pobre experiencia de
compra por parte del cliente. Por tanto aumentarán los gastos y disminuirán los
ingresos.
Compromiso: el negocio del Retail conlleva una dispersión
geográfica, por muchas medidas de control que tengamos es imposible controlar
cada operación con cada cliente. Es imprescindible fomentar el compromiso de
las personas, con un equipo motivado se consiguen resultados extraordinarios.
Estandarización: hay que definir como y de qué manera hay que atender a los
clientes en cada etapa del proceso de venta. Hay que identificar las mejores
formas de hacer, convertirlas en un estándar y aplicarlo de forma persistente
en todos los puntos de venta.
Soporte central: las oficinas centrales tienen que estar al
servicio de las tiendas, mejoraremos la eficiencia en todo el negocio si toda
la organización trata a los puntos de venta como verdaderos protagonistas del
negocio.
Análisis y mejora continúa: hay que visitar los puntos de
venta de forma continua, observar, preguntar y escuchar a las personas.
Fomentar los proyectos de mejora, encabezados por pequeños equipos del punto de
venta y analizar la posibilidad de replicarlo al resto de la organización. Es
bueno también contar con puntos de vista externos o aprender como solucionan
los mismos problemas en otros sectores.
La organización tiene
que estar continuamente atenta.
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